
¿Cómo funciona?
La ortodoncia se encarga de mucho más que alinear y nivelar la posición dentaria. A través de su aparatología permite corregir importantes problemas de la oclusión o mordida y de la relación de los huesos en los que están insertos nuestros dientes.
Si bien se recomienda iniciar un tratamiento de ortodoncia fija una vez que se haya realizado todo el recambio dentario, con dentición permanente completa, es recomendable una evaluación a edad más temprana. Existen alteraciones de los huesos maxilares que son posibles corregir si el niño o niña está en su pleno crecimiento, por lo que es importante su diagnóstico precoz. Alguna de estas situaciones son:
- Mordida invertida (al revés) o desviada hacia un lado.
- Excesivo apiñamiento de los dientes.
- Hueso maxilar (hueso que, además de varias funciones, contiene los dientes superiores) se observa más pequeño que la mandíbula.